sábado, 30 de junio de 2012

Y EL DÍA LLEGO...HOY NUESTRO 50 ANIVERSARIO!!!!

MENSAJE ESPIRITUAL

Señor Danos la posibilidad de seguir siendo útiles. ¿Qué podemos pedir sino es trabajo?,
trabajo para templar nuestros espíritus en la hora presente, trabajar para dirigir nuestros
pasos hacia nuevos estados de bienaventuranza.

Señor, no pedimos otra cosa, que nuestras manos estén ocupadas, que nuestros espíritus
perciban el dolor de aquellos que se agitan en lo superfluo, para poder ser útiles, en estos
días donde aquellos que atrapados por las cosas banales, corriendo por satisfacer las
necesidades inmediatas, olvidan la trascendencia de enriquecer el espíritu, serenarse y
comprender al Cristo.

Señor, es nuestro pedido, en esta hora, ser instrumentos útiles, a tu servicio nos ponemos,
no podemos olvidar todo aquello que nos has brindado, mas deseamos brindarnos por
entero a aquello que reestablece, equilibra y fortalece, y extendemos esta circunstancia de
vida hacia todos aquellos presentes convocados al servicio.

Señor, danos las fuerzas para continuar serenos nuestra marcha, en los lugares que nos has
ubicado, en que cada hermano nuestro se predispone a trabajar.

Señor, danos la claridad en el pensamiento, en esta hora de convocatoria al amor, la
piedad, la compasión, la fraternidad, la amistad. Danos la armonía en el sentimiento para
que nuestro corazón pueda palpitar al compás de ese himno melodioso que invita a todos al
trabajo fecundo. A mis hermanos invito a sentir el dolor de aquellos desorientados, con los
ojos perdidos, extasiados en nubes que oscurecen su mente. Que podamos llegar a ellos y
brindarles el aliento vivificador, hoy y siempre.


Señor, permítenos ser simplemente obreros en el trabajo fecundo, que todos podamos
mirarnos fraternalmente a los ojos, donde podamos extender los brazos, simplemente
amarnos sin condiciones, para tener siempre presente que deseamos lo mejor para los otros.
Así actuando vamos, mis hermanos, a sentir la tranquilidad en el espíritu. No podemos
negar que las horas que nos encuentran trabajando son difíciles, pero no podemos negar que
en estas horas el impulso amoroso de los espíritus benefactores esta presente en aquellos
que desean colaborar. Los tiempos así lo marcan, es hora de decisiones, es hora de trabajo,
no se puede postergar para mañana lo que hoy es necesario para el espíritu.

Invitamos a la reflexión, a sentirse comprometidos con el Evangelio, en esta hora crucial
en que se debate la humanidad. Abramos el camino para el retorno del Cristo, retorno en el
corazón de cada uno a través de la gloriosa expansión de las buenas obras, esa es la venida
del Cristo, latiendo en los corazones dispuestos al trabajo, esa es la permanencia necesaria
en los corazones dispuestos a la renuncia.

Mis hermanos, mis amigos del alma, no distiendan más la oportunidad de esclarecer sus
espíritus y comprometerse con el bien por el bien mismo. Difundamos en cada momento la
sonrisa de la fe razonada, para compartir la felicidad y la dicha de que Cristo, con los
brazos abiertos, espera a sus hermanos. No dejen para otro día lo que hoy se puede hacer,
las tareas en el tiempo repercuten en los ámbitos en que se movilizan aquellos, que no
quieren entender la Buena Nueva, la caridad expresada a través de las pequeñas cosas, de
un libro dado, de un abrazo, de una sonrisa, de una ropa que abriga, de un juguete que hace
feliz, de una palmada en el hombro, de una caricia en la vejez. Esa es la obra imperecedera
del espirita consciente de la oportunidad feliz, que se le presenta para rectificar su espíritu.
Promovamos la hermandad, la dicha y la felicidad.

Cuando en aquellos tiempos movidos estábamos de llevar un pan caliente, no podíamos
entrever en el tiempo como, una pequeña luz iba alumbrando a los corazones afligidos.
Todo paso que se da es un camino inmenso pleno de oportunidades, no debemos estar
quietos, mas si caminar para trascender con el amigo, con el Maestro.

Seamos conscientes, mis hermanos, de la importancia que tiene lo que cada uno, en el
ámbito en que se mueve, puede transmitir, una simple palabra, una simple caricia, una
mirada que perdona y disculpa, una sonrisa que serena, simplemente seamos instrumentos
dóciles en las manos de aquellos que ven más lejos que nosotros, en busca de la felicidad.
El espirita no puede permitirse no expresarse en palabras, para mitigar un dolor, para
serenar una rebeldía, para hacer reflexionar al que no cree. Tiene en sus manos un gran
tesoro de luz que debe alumbrar a todos por igual. Mas, en la meditación serena de vuestro
silencio interior, iluminen su espíritu en la sencillez y la humildad de darse.

Maestro como no estar presente, como no dar testimonio de la gratitud inmensa que
embarga mi espíritu y el espíritu de aquellos que, convocados al trabajo, siguen firmes
junto a la obra. Como no dar testimonio de lo gratificante que es seguir colaborando. Las
puertas están abiertas, y por ellas acceden aquellos que se encuentran desorientados. Que
Juan Lastra palpite en el corazón de cada uno, comprometidos todos con el bien.

Señor, una vez más te damos las gracias por esta bella oportunidad para expresar a
nuestros amigos, el apoyo incondicional de nuestra presencia, mientras Tu, Señor, nos
brindes la oportunidad de servir. Por eso, sumido en profunda gratitud, Señor, hágase tu
voluntad, siempre, siempre.

Mis hermanos, les dejo el abrazo de todos aquellos que aquí se encuentran presentes.
Señor, gracias, gracias mis hermanos por todo lo que se brinda desde siempre, los abraza,
los lleva junto a su pecho.

                                                            
                                                                                                        CARLOS GUERRERO

                                                                                                               27 - 6 - 2012